
Gustavo Gómez volvió a demostrar su jerarquía en el triunfo de Palmeiras 2 a 1 ante River en el Monumental. El capitán paraguayo fue figura indiscutida, consolidando su importancia en el equipo brasileño. Sin embargo, su gran presente también reavivó en Boca un recuerdo amargo de 2018.
Por qué Gustavo Gómez no llegó a Boca en 2018
En aquel año, Guillermo Barros Schelotto pidió expresamente a Gómez como refuerzo para fortalecer la defensa. El jugador había sido dirigido por el Mellizo en Lanús y militaba en Milan. La dirigencia encabezada por Daniel Angelici avanzó en la operación y todo parecía cerrado.
Gómez incluso viajó a Buenos Aires, se realizó la revisión médica, posó con la camiseta y pactó su dieta con la nutricionista. Además, grabó material para el canal oficial del club. Sin embargo, cuando llegó el momento de firmar, las condiciones del contrato fueron modificadas de manera inesperada.
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El problema estuvo vinculado a la cotización del dólar, lo que alteró los términos salariales del defensor. También influyó la fallida venta de Lisandro Magallán, quien era uno de los favoritos del técnico. La operación se cayó definitivamente, pese a que estaba prácticamente acordada.
Tras ese episodio, Gómez regresó a Milan, donde no tenía continuidad, y poco después pasó a préstamo a Palmeiras. Su rendimiento en Brasil convenció a la dirigencia paulista, que en 2020 compró su pase por 4.500.000 euros. Desde entonces, se consolidó como referente absoluto.
En Palmeiras disputó más de 360 partidos, levantó dos Copas Libertadores y se transformó en capitán. Además, con su gol ante River, alcanzó el récord de defensor más goleador en la historia del certamen continental. Lo que no fue en Boca terminó siendo gloria en el Verdao.
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